A veces cuando descubres sitios maravillosos por sorpresa, te parecen aún más increíbles. De repente dejas el asfalto y por un camino te adentras en la esencia del Cabo de Gata. Higueras con sus parejas de mochuelos, liebres que corretean entre el trigo, plantas llenas de flores que desprenden su aroma al sol...
y si en este camino encuentras un sitio donde siempre te alegra regresar y te apetece despertarte (aunque el gallo no pare de cantar jeje!!!)...
Gracias por crear un sitio tan tan especial y por habernos dejado un hueco de de color verde para que lo podamos disfrutar.
Seguro que volveremos.
Alicia y Carlos
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