Hemos estado unos días con nuestro perro Oso. Cuando volvamos a casa va a coger una depresión de lo bien que se lo ha pasado con Inka y Sasha.
No podríamos haber encontrado un mejor sitio para él, ni para nosotros... El lugar es maravilloso, en mitad del Cabo de Gata, y rodeado del encanto del lugar. Todo muy cuidado y con muchos detalles (nombres de las plantas autóctonas, sillas bajo los árboles, jabones artesanos, jarroncitos de flores, material de playa, fruta para todos, cocina equipada, etc).
Las habitaciones muy confortables.
El desayuno al menos hay que probarlo un día, es una locura, ¡hay de todo y hecho con mucho cariño! (crepes deliciosos, yogur artesano, macedonia de fruta con un espectacular "aliño", bizcochos, zumos, tostadas andaluzas, etc).
Pero lo mejor del desayuno es intercambiar experiencias con los huéspedes y escuchar las recomendaciones de Martin, que nos orientaba hacia qué playa ir según el tiempo y nuestras necesidades. Gracias a él conocimos calas que no sabíamos ni que existían.
Annika es especial; su dulzura, su trato y sus detalles te atrapan. Es el alma del Campillo.
Si volvemos al Cabo de Gata no podríamos ir a otro sitio. Estamos muy agradecidos por todo. Como ejemplo de su generosidad, una habitación más grande que la nuestra de quedó vacía, y pensaron que estaríamos más cómodo y nos ofrecieron cambiarla. Os esperamos en Granada :)
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¡GRACIAS!
El encanto sois vosotros
- Cecilia & Gabriel y Oso -
...junto a nuestros maravillosos huéspedes del Campillo...
que quieren compartir este espacio tan único y especial
con nosotros
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Annika y Martin
y la peña del Campillo